Ocho Eme

 

Ocho Eme


por Erica Baum [1]

Sé buena

Pórtate bien

Sé educada

No contestes

Anda a lavar los platos

Cállate

No opines

No cuestiones

No levantes la voz

Perra

Zorra

Bruja

Puta

Gorda

Fea

Loca

Histérica

Inútil

Tenías que ser mujer.

⁎⁎⁎

Y, ¿Qué será "ser mujer" para un macho?

¿Y para una persona que mujer se auto percibe?

¿Y para una niña?

¿Y para una mujer?

⁎⁎⁎

Muchas mujeres compartimos el hartazgo de ser definidas sólo culturalmente y bajo una mirada externa cosificante, cuando no hay duda del hecho biológico que nos define: animal humano hembra.

Sustancialmente, ponemos el cuerpo. Atravesamos el desarrollo humano de un modo que nos distingue de los otros humanos: los machos. Es decir, hay una cuestión vinculada a lo corporal que es un dato de la realidad. Nuestros rasgos físicos: nuestro peso, la altura, la masa corporal, nuestro timbre de voz, etcétera, nos distinguen. Pero, reducirnos a nuestras funciones biológicas forma parte de la discriminación y del trato cosificante del que hemos resultado víctimas y contra el cual luchamos incansablemente. Entonces, ¿qué no somos las mujeres?

No somos entidades menstruantes; de hecho, muchas mujeres no menstruamos sino es bajo una estimulación hormonal química.

Nuestra capacidad reproductora tampoco nos define; efectivamente, muchas de nosotras elegimos no procrear y otras directamente carecemos de esa capacidad por disfunción biológica.

Por lo tanto, la categoría "cuerpo gestante" no nos define; es más, muchas mujeres aunque podemos fecundar somos disfuncionales para gestar otra vida dentro de nuestro cuerpo o para desarrollar un embarazo a término.

Tampoco todas somos maternales; en efecto, muchas hembras rechazan a sus crías luego de parir, incluidas muchas mujeres.

No todas somos femeninas o demasiado femeninas o felices por nuestro aspecto femenino. Desde el punto de vista endocrino, el eje hormonal, que refleja en el cuerpo lo femenino y lo masculino, puede darse -en todos los seres humanos, porque es una función biológica compartida con los machos- en equilibrio, o no, e independientemente de la auto percepción de género que es de índole psíquica y que, a su vez, puede tener correlato, o no, con una expresión género sensible, es decir, con  el aspecto femenino o masculino con el que nos exhibimos socialmente.

Las mujeres habitamos la complejidad, la ambivalencia y la incertidumbre, al igual que los hombres. Somos seres deseantes, tal como los hombres lo son, porque el deseo, el placer y el displacer, forman parte de la condición humana.

Al igual que los hombres, las mujeres nos diferenciamos de los animales no humanos por la apelación a la conciencia y al uso de la razón, esa habilidad cognitiva para analizar, evaluar, elaborar juicios de valor y tomar decisiones autónomas. Las mujeres nos indignamos por las injusticias derivadas de no acceder a los mismos puestos laborales a los que los hombres acceden sin obstáculos, sentimos humillación si nos descalifican públicamente tratándonos de locas, desquiciadas o de putas por expresar libremente nuestra sexualidad –al igual que los hombres- y nos repugnan los ultrajes a nuestros cuerpos y a nuestra capacidad de consentir. Esta condición humana multidimensional hace que las mujeres seamos animales políticos, con capacidad para tomar parte, realizar cambios y decidir sobre lo público, al igual que los hombres.

La falta de claridad sobre todo esto repercute negativamente en la representación visual de la mujer que efectúan los medios de comunicación, en el diseño estratégico de políticas públicas destinadas a protegernos y en ciertas leyes que terminan mezclando la reivindicación legítima de algunos grupos minoritarios con la reivindicación histórica de las mujeres contra el maltrato, la opresión socio cultural y la explotación económica de nuestros cuerpos.

Las mujeres no somos un grupo. Ni somos una minoría. Somos la mitad de la humanidad.

La lucha de las mujeres es prehistórica. Es una falacia argumentar que se inicia con la vindicación del derecho al trabajo o al sufragio. Nuestra lucha se remonta a la época en que los machos arrastraban a las hembras de los pelos y las violaban para su auto satisfacción.

Siendo así, ¿Por qué razón algunos hombres, auto percibidos como seres superiores respecto de las mujeres, se siguen comportando como animales?, y ¿por qué razón tantas mujeres en la actualidad son asesinadas por el sólo hecho de ser mujer?

La respuesta parece obvia.

⁎⁎⁎

Mujeres en la Abogacía es un colectivo de abogadas del Departamento Judicial La Plata cuyo objetivo consiste en visibilizar y abordar jurídicamente las situaciones de inequidad y desigualdad que padecemos las mujeres en distintos ámbitos públicos y privados y, en particular, en el ejercicio de la abogacía. Velamos por la promoción, protección, respeto y garantía de los derechos de mujeres, niñas y adolescentes. mujeresenlaabogacia@gmail.com


[1] Texto publicado el 8 de Marzo de 2021, Día Internacional de la Mujer, por Erica Baum, feminista abolicionista y abogada, secretaria del Observatorio de Normas Jurídicas y Sociales sobre Mujeres, Niñas y Adolescentes del Colegio de Abogados de La Plata, en memoria de todas las mujeres argentinas que resultaron víctimas de femicidios durante este año y de todas las mujeres que hoy se encuentran atrapadas en las redes de trata y explotación sexual.

Comentarios

Entradas populares